Por Alberto Llana (Publicado el 02/01/2016)
Aprovechando la festividad del 6 de enero, me atrevo a hacerles una solicitud a Sus Majestades. Se trata de aportar un poco de sensatez. No entrañaría muchas dificultades atender la petición ya que, por un lado, es de justicia y, por otro, redundaría en beneficio de la mayor parte de ciudadanos de este país. Y, no, no sería complicado hacerlo... salvo por un par de detalles. Que me refiero concretamente a la Guardia Civil y que estamos en España, un par de puntos de fricción que todavía se encuentran irresueltos pese a las tres décadas largas de democracia que llevamos a las espaldas.-
SS.MM. son conocedoras de los problemas endémicos de la Institución porque han sido ampliamente divulgados desde hace tiempo por sus propios miembros, y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), como organización mayoritaria en el Cuerpo, ha tenido mucho que ver con este hecho. La más reciente expresión de tales preocupaciones la han podido contemplar el pasado 14 de noviembre y se denominó 'Marea de Tricornios', la mayor manifestación de miembros de la Benemérita en su historia. Por algo sería, ¿no creen? Me pregunto si tras la misma no ha llegado el momento de inculcar algo de lo que les reclamo, en aras a encaminar al Cuerpo hacia el fin último para el que fue creado y que no es otro que el servicio al ciudadano. Sirva para ilustrar esta afirmación lo recogido en el Decreto Fundacional de la Guardia Civil de 28 de marzo de 1844 y que, si bien no llegó a entrar en vigor al ser trastocado por el Duque de Ahumada, sí que se pueden extraer conclusiones muy válidas sobre el origen y la denominación del Cuerpo. Destaco lo que sigue: “El orden social reclama este auxilio, el Gobierno ha menester una fuerza siempre disponible para proteger las personas y las propiedades; y en España, donde la necesidad es mayor por efecto de sus guerras y disturbios civiles, no tiene la sociedad ni el Gobierno más apoyo ni escudo que la Milicia o el Ejército, inadecuados para llenar este objeto cumplidamente o sin perjuicios (…) Por otro lado, ni el Ejército ni la Milicia Nacional desempeñan con la fe necesaria el servicio enojoso de la policía, que aquellos cuerpos miran con cierto desvío por las preocupaciones vulgares, y que sólo se presenta a sus ojos como una obligación pasajera, accesoria y extraña al primordial objeto de su respectivo instituto”.-
Después de 171 años de existencia y contando con el aprecio de la inmensa mayoría de españoles, no cabe otra cosa, a mi juicio, que retomar esa senda trazada por los verdaderos creadores de la Guardia Civil, y eso se consigue aplicando un poco, o un mucho, de lo que les imploro. No resulta sensato que un Cuerpo que se debe a los ciudadanos no disponga de una plantilla adecuada a esas necesidades o, peor todavía, no esté volcada al máximo en tan insigne cometido. Tampoco parece prudente que no disponga de los medios materiales adecuados para ello. Ni es razonable que se le deniegue el reconocimiento de derechos fundamentales recogidos en la Carta Magna con la excusa de su naturaleza militar. Es ilógico que, en estos tiempos, donde existen normas que regulan la conciliación laboral y familiar, los miembros de la Benemérita continúen sin tener reconocidos unos turnos de trabajo que faciliten la labor, ni que se pongan tantas trabas a la hora de solicitar permisos asociados a la maternidad o la lactancia, lo mismo que ocurre con las reducciones de la jornada laboral por cuidado de hijos. En el aspecto monetario, se muestra como injusto un reparto de productividades en donde una octava parte del personal ingresa la mitad del montante total. Y podríamos continuar con otras diversas cuestiones como las diferencias en homologación de titulaciones, o entre las distintas Escalas de oficiales, el deterioro del órgano de representación de los guardiaciviles, las extralimitaciones que se permiten a través de los informes de calificación, la abundancia de personal que realiza quehaceres diferentes a los de su propio destino, etc. etc.-
Lo más impactante de todo esto es que se podría poner coto a ello realizando un simple ejercicio de sensatez. Tampoco pido que sea de un día para otro, pero si se empieza a tomar el rumbo adecuado y quienes dirigen la Benemérita muestran su determinación en corregir las deficiencias a corto plazo, insuflaría un aire nuevo y optimista a la inmensa mayoría de integrantes de la Institución que se sienten en la actualidad, y con razón, las cenicientas de las Fuerzas de Seguridad españolas. Y el primer impulso hacia el camino correcto bien podría venir de Sus Majestades, dado el nulo interés de la Administración en ese aspecto. Por estas razones y en el día de la festividad de la Pascua Militar, les traslado la solicitud de sensatez en la Guardia Civil. Una aclaración final, aunque la mentada Pascua Militar se celebre el 6 de enero, mi petición no va dirigida a los Reyes Magos de Oriente.-
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