Escrito por LlanAUGC 01-11-2018
Por Alberto Llana
Veo en una red social el típico mensajito con pretensiones, tecleado por alguna mente empeñada en demostrar su escaso talento y menor don de la oportunidad, mentando la memoria de aquellos que militaron en el sindicato clandestino de la Guardia Civil (SUGC) para afirmar, con ausencia total de vergüenza, que esos sindicalistas rechazarían el acuerdo firmado en el mes de marzo para la equiparación salarial de guardiaciviles y policías nacionales con sus homólogos autonómicos. Como uno de esos sindicalistas clandestinos, no puedo por menos que sentirme aludido y con derecho a expresar mi opinión ante tan desacertado comentario. En la época en que militaba en el SUGC -segunda mitad de la década de los ochenta del pasado siglo-, había casi un millar de compañeros que realizaban tareas activas en el mismo, sin contar con otros cuantos miles que colaboraban de un modo u otro en las acciones que se desarrollaban. Obviamente, hablar por todos ellos resulta un ejercicio temerario porque cada cual tendría su opinión al respecto del Acuerdo, pero sí que puedo retrotraerme a cualquiera de las reuniones que manteníamos periódicamente en Madrid un puñado de esos militantes venidos de todos los puntos del país, para tener la certeza que si un pacto como el firmado se hubiera puesto sobre la mesa, habría suscitado un debate apasionado entre los presentes acerca de los pros y las contras del mismo.-
Se hubieran analizado las cifras concretas que figuran en el texto y, más allá de la numerología, las tres cuestiones claves que permiten afirmar que lo publicado en el BOE de 20 de marzo de 2018, (páginas 31476 a 31478), significan 'equiparación'. Así tenemos el compromiso de contratar -ya está hecho- una “Consultoría Externa, que fije criterios objetivos de análisis para garantizar que los 807 millones de euros suponen la equiparación salarial total y absoluta. Dicha consultoría analizará las cifras de equiparación puesto a puesto, y fijará las correcciones que sean necesarias, que serán incorporadas una vez finalizado el trabajo de la Consultora. Dicho estudio contará con la participación de los técnicos de la Secretaría de Estado, Policía Nacional, Guardia Civil y por los Sindicatos y Asociaciones Profesionales que han suscrito el presente acuerdo o que en el futuro quieran adherirse”. Y también el compromiso del Ministerio del Interior de impulsar “las medidas legislativas que sean necesarias para garantizar que en el futuro no se pueda producir una disfunción salarial entre las policías que realicen las mismas funciones”. O sea, las conclusiones de la consultoría externa, la incorporación de cantidades adicionales que sean necesarias y un texto legal que asegure la equiparación salarial.-
Lo anterior no puede ser visto con malos ojos por nadie. Otra cosa será la evolución del Acuerdo en sí, dado que la realidad política ha cambiado mucho desde su firma -y lo que puede llegar a cambiar en el futuro-, lo cual no asegura un correcto desarrollo hasta un final satisfactorio. Pero eso mismo ocurriría con cualquier tipo de acuerdo adoptado. No se puede ni se debe mirar con los ojos de hoy los acontecimientos y circunstancias pretéritas porque la información de la disponemos actualmente varía en demasía con la se tenía hace unos meses. Por ejemplo, ahora, con un nuevo Ejecutivo de signo diferente al anterior, hemos adquirido el conocimiento de que se pretende cumplir un acuerdo paralizado desde hace una década conforme al cual los compañeros de los Mossos equipararían su salario al de otros cuerpos catalanes, como los bomberos. Está por ver que se llegue a ello, pero las intenciones son claras al respecto, lo cual obligaría a revisar el Acuerdo firmado en marzo y hacer valer esas cláusulas resaltadas más arriba.-
En esa hipotética reunión de sindicalistas clandestinos se tratarían también otras cuestiones, como el sistema de Clases Pasivas que afecta a la mayoría de guardiaciviles, la tan compleja cuestión de los Pabellones oficiales, nuestra dispersión geográfica, el sistema sanitario, la situación de Reserva y otros puntos que nos diferencian de cualquier otro Cuerpo policial de este país y que tiene su peso en mayor o menor medida a la hora de intentar realizar una valoración correcta de la situación y adoptar una postura conjunta. Si alguien cree que se puede o se debe opinar en base a unas cifras solamente es que no se ha leído el Acuerdo o desea ignorar partes esenciales del mismo. Si piensa que se puede o se debe opinar obviando circunstancias sociolaborales que nos son propicias respecto a otros Cuerpos policiales, es un demagogo de mucho cuidado y hay que mantenerlo en cuarentena, no sea que nos contagie.-
Seguramente este pacto no se aplique en toda su extensión. La experiencia me ha hecho desconfiado y me alerta que ese será el resultado más probable y que nos veremos abocados a exigir su íntegro cumplimiento. Quizás en un clima político estable y de crecimiento económico constante no habría tantos nubarrones en el horizonte pero el panorama es el que es y debemos lidiar con él ya que es el marco en el que se nos ha presentado la oportunidad de lograr una equiparación efectiva tras treinta años de espera. Quien concluya que no debería haberse firmado, se equivoca totalmente, porque tal rechazo hubiera retrasado ni se sabe cuánto una solución al problema. Si esa reunión de sindicalistas se hubiera producido, el resultado final, disensiones incluidas, hubiera sido el de firmar el Acuerdo y mantenerse alerta para intentar su cumplimiento total. Por tanto, mi mensaje al irrespetuoso que escribió la 'tuitería' es el mismo que le envíe por esa red social: “Personalmente no suscribo esas palabras cargadas de demagogia. No uses la memoria de los sindicalistas a la ligera, nos faltas al respeto de forma gratuita... vamos, como siempre”.-
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