Escrito por LlanAUGC 01-08-2018
Por Alberto Llana
Juan Carlos Córdoba Paredes nos ha dejado hace unos días. La noticia me dejó perplejo y triste por lo inesperado a la par que demasiado prematuro del desenlace y me vinieron a la memoria algunos episodios vitales que compartimos tanto antes de que se retirase de la Guardia Civil, como posteriormente, dedicado ya a otras facetas artísticas en las que llegó a hacerse un nombre por méritos propios. Seguramente el gran público lo conocerá por alguno de sus monólogos televisivos o por el excelente libro satírico -pero no exento de una buena dosis de realidad- que publicó bajo el título 'NI PIES NI CABEZA' y que fue llevado a la gran pantalla con igual título aunque escasa repercusión. Yo lo conocí por su lucha asociativa en el seno de la Benemérita, a la que se unió poco después de que comenzáramos a caminar con COPROPER-6J y en donde llegó a asumir la responsabilidad de ser Secretario General de la Delegación de Madrid de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Esa lucha le pasó honda factura personal y profesional, como a otros muchos compañeros que deciden emprenderla, desembocando finalmente en un retiro apresurado que, fiel al personaje que rememoramos, no fue uno sino dos. Lo explico.-
Como ya he expuesto, sus responsabilidades asociativas le crearon múltiples enemigos en el Cuerpo, los cuales se afanaron, y no poco, en amargarle la existencia como medida coercitiva, que conllevó su baja médica y un diagnóstico de no aptitud para el servicio por parte del órgano pericial correspondiente. Cuando eso sucede, el siguiente paso que indica la normativa de la Guardia Civil es la apertura de un expediente interno a fin de acordar su pase a retiro (los militares no se jubilan, se retiran) por insuficiencia de condiciones psicofísicas. Tal expediente tarda varios meses en resolverse y, por azares de la vida o de alguna mente enferma, coincidió en el tiempo con otro expediente disciplinario que paralelamente se le incoó por realizar unas declaraciones en prensa que no fueron del agrado de la cadena de mando. El procedimiento disciplinario terminó con la imposición de una falta muy grave y una suspensión de empleo por varios meses. Cuando a un guardiacivil se le suspende de empleo pasa a una situación administrativa diferente a la de servicio activo durante el tiempo que dure la sanción. Mientras permanecía en esa situación de suspensión de empleo la Administración decidió resolver el primer expediente, el de retiro, con consecuencias nefastas para Juan Carlos Córdoba. Porque la normativa de aplicación al caso determina que cuando un guardiacivil pasa a retiro desde una situación administrativa diferente a la de servicio activo no le queda pensión alguna y así, de esta forma tan torticera, a Juan Carlos se le 'expulsó' sin ser expulsado formalmente.-
No obstante, tal forma de actuar ni era correcta ni legal ya que, por una parte, lo que determina la jurisprudencia relativa a estos casos es que cuando coinciden en el tiempo un expediente de retiro y otro disciplinario, deben de resolverse en el orden en que fueron incoados, por lo que deberían haber decretado su retiro antes de imponerle sanción alguna. Es más, la ley de Personal de la Benemérita en aquellos tiempos estipulaba que un guardiacivil con un expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas abierto no podía cambiar de situación administrativa hasta después de su terminación, por lo que su suspensión de empleo también fue irregular desde ese punto de vista. Tal forma de actuar se le aplicó a otros compañeros de la AUGC hasta que los tribunales pusieron las cosas en su sitio.-
Sin embargo, Juan Carlos no podía esperar la decisión de la justicia, por lo que optó por un camino diferente. Solicitó su reingreso en el Cuerpo alegando que había recuperado las condiciones psicofísicas y tras un nuevo diagnóstico de aptitud para el servicio, se reincorporó a la Guardia Civil, aunque ya había perdido su destino en Madrid y le asignaron otro cercano a la frontera con Francia, si la memoria no me falla. No llegó a tomar posesión de ese destino. La enfermedad volvió a manifestarse y nuevamente fue declarado no útil para el servicio, volviendo a recorrer el camino ya andado del expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas y el retiro, pero en esa ocasión con todos sus derechos pasivos conforme a lo establecido en la ley.-
Tras publicar el libro mencionado anteriormente, me puse en contacto con él para ofrecerle presentarlo en el festival literario conocido como 'Semana Negra' que cada año se desarrolla en Gijón. Aceptó encantado y tuve el honor de efectuar la introducción de aquel acto. También lo acompañé a Oviedo para realizar una entrevista en un diario local y en el recorrido me estuvo relatando los vínculos afectivos que le unían a su Asturias natal. Aunque luego mantuvimos algunos contactos telefónicos y a través de redes sociales, fue la última vez que le vi en persona. Descansa en paz Juan Carlos, tu precipitada ausencia sí que no tiene NI PIES NI CABEZA.-
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