Escrito por LlanAUGC 21-01-2018
Por Alberto Llana
Efectivamente, el título de este comentario se refiere a la manifestación desarrollada el día 20 de enero de 2018 en Barcelona (Tabarnia) y protagonizada por guardiaciviles y policías nacionales que acudieron a la convocatoria realizada por JUSAPOL a fin de reivindicar -nuevamente- la equiparación salarial de las fuerzas de seguridad estatales con ciertos cuerpos autonómicos. Si la concentración llevada a cabo el pasado 18 de noviembre de 2017 en Madrid fue un éxito total, la de Barcelona no hace más que confirmarlo. Cuando escribí sobre el acto reivindicativo de la capital de España dije que las cifras de asistencia no importaban demasiado y no merecía la pena perder el tiempo en discusiones estériles ya que lo verdaderamente trascendente era que, sin duda alguna, se había convertido en la mayor concentración de agentes de la autoridad de la historia y lo significativo era su amplísima repercusión tanto dentro como allende de nuestras fronteras.-
Pues en Barcelona, tres cuartos de lo mismo. Dejando de lado los guarismos, la de Tabarnia ha superado a la de Madrid. Y ello por varios motivos. El primero porque no es tan sencillo para muchos acudir a la Ciudad Condal como a la capital estatal y no queda por menos que reconocer el desmesurado esfuerzo realizado por la gran mayoría de asistentes. En segundo lugar porque en Barcelona y alrededores no hay tantos agentes de Policía Nacional y Guardia Civil destinados como en Madrid y una de las condiciones del éxito de una manifestación se encuentra, precisamente, en movilizar a los más cercanos al lugar de celebración y a sus familias, amigos y en general a todas las personas que apoyan las reivindicaciones. De igual modo, el entorno en que se llevaba a cabo no era el más propicio, sabedores de cómo está la situación, tanto en Tabarnia como en el resto de Cataluña, de una parte importante de la población hacia las fuerzas de seguridad del Estado, tras la continua e interesada intoxicación informativa en su contra. Y tampoco debe perderse de vista el intento estéril por parte del Ministerio del Interior, con Zoido como principal protagonista, de minimizar los efectos de la convocatoria, a través de una ridícula oferta de equiparación como la ofrecida a los representantes de guardiaciviles y policías nacionales el pasado día 16 de enero.-
A pesar de ello, la de Barcelona es la ratificación de que no se va a bajar la presión reivindicativa sobre una cuestión de pura justicia, tal es la de “a igual trabajo, igual salario”. Y tanto el Gobierno en general como el titular de la cartera de Interior deberían tomarse ya en serio esta cuestión porque hasta el momento parece como si no terminaran de creérselo. Y vuelvo a referirme al documento presentado en el encuentro del 16 de enero ya que cada vez que me topo con él aumenta mi sensación de tomadura de pelo en primer grado. Pretender que los sindicatos y asociaciones asuman por las buenas cualquier recorte o supresión de derechos sociolaborales no puede considerarse de otro modo, a lo que debemos de sumar el hecho de que la Administración solamente adquiría el compromiso de 'impulsar' una equiparación salarial sin datos ni cifras concretas, más allá de fijar un tope máximo dinerario en un espacio de tres años. Para el 25 de enero está fijado un nuevo encuentro entre Zoido y las organizaciones representativas de los agentes. Sería deseable que en esta ocasión se presentara un documento más amplio con los detalles pormenorizados del acuerdo, a fin de establecer una base sólida para iniciar en serio unas negociaciones que deben de culminar, inexorablemente, con la ansiada equiparación salarial.-
Resulta inaceptable desde cualquier punto de vista la argumentación de que “Dada la dificultad para fijar, puesto a puesto, esa equiparación, el Ministerio del Interior se compromete a solicitar el incremento de las partidas presupuestarias del Capítulo I de los próximos tres Presupuestos (…) hasta que sea la misma cantidad por agente que desarrolle su actividad en el Cuerpo de (Policía Nacional y Guardia Civil) que la existente en los presupuestos de la Generalitat de Cataluña para financiar a los agentes que hacen lo propio en el Cuerpo de los Mossos de Escuadra...”. Como se puede comprobar, el compromiso es simplemente 'solicitar el incremento'. Con tal predisposición no resulta difícil concluir que la de Barcelona no va a ser la última manifestación ni acto reivindicativo que se lleve a cabo.-
Felicitar a todos los asistentes por su esfuerzo y, más aún, a los encargados de organizar todos los pormenores de este nuevo éxito. Sé lo que cuesta llevar a buen puerto una apuesta tan ambiciosa y conozco a algunos de los implicados en su desarrollo y, por poner un ejemplo que me toca personalmente, el hecho de que desde Asturias hayan acudido más de 450 personas por distintos medios (autobuses, avión, vehículos particulares o alquilados), con los gastos que ello conlleva, aparte del tiempo y las penalidades, evidencia que las cosas se están haciendo bien y cuando eso sucede, las ganas y la ilusión de los implicados no solo se mantiene sino que aumenta. Eso resulta primordial a la hora de mantener un pulso tan ambicioso como dilatado en el tiempo, cual es la equiparación salarial, porque después de tres décadas viendo cómo otros cuerpos nos sacaban cada vez más ventaja, restañar esa herida a corto plazo no va a ser nada fácil.-
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